La automedicación hace referencia a la toma de medicamentos por iniciativa propia sin previo reconocimiento médico, ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o seguimiento del tratamiento.

No obstante, la automedicación responsable puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores como el dolor, la fiebre, la acidez de estómago, el resfriado, etc. durante un tiempo limitado. En este sentido, existen medicamentos que no necesitan receta médica y se pueden adquirir en la farmacia.

De todas formas, deben utilizarse con precaución, ya que el hecho de que se dispensen sin receta no significa que no puedan resultar perjudiciales. Antes de hacer uso de ellos es importante que el farmacéutico nos indique como debemos utilizarlos correctamente para evitar reacciones no deseadas.

Un paciente bien informado podrá realizar una automedicación responsable.

Por otra parte, el uso de medicamentos que requieren receta médica para su dispensación es una práctica totalmente desaconsejada, ya que puede comportar un grave riesgo para la salud.

Las consecuencias más importantes de una automedicación irresponsable pueden ser:

  • Aparición de toxicidad: efectos secundarios, reacciones adversas y, en algún caso, intoxicación.
  • Falta de efectividad, porque se hace uso de ellos en situaciones que no son necesarios.
  • Dependencia o adicción a los medicamentos.
  • Enmascaramiento de procesos clínicos graves y consecuentemente retraso en el diagnóstico y tratamiento de la patología.
  • Interacciones con otros medicamentos, plantas o alimentos que la persona esté tomando. Puede haber una potenciación o disminución del efecto del medicamento.
  • Resistencias a los antibióticos. Un uso excesivo de antibióticos puede hacer que los microorganismos desarrollen mecanismos de resistencia y dejen de ser eliminados por estos antibióticos.

¿CÓMO PODEMOS EVITAR LOS RIESGOS ASOCIADOS?

1. Uso responsable

  • No tomar ningún medicamento que necesite receta, sin que haya sido prescrito por el médico.  Es el médico el que debe diagnosticar la enfermedad e indicar al paciente el tratamiento que considere más indicado. Colaborando, así, con el hecho de que el paciente tome consciencia de los perjuicios para la salud que puede ocasionar la toma de medicamentos sin supervisión médica.
  • En el caso de los medicamentos publicitarios pedir siempre consejo al farmacéutico.
  • El tiempo de uso de los medicamentos que no requieren receta debe ser razonable. Si los síntomas continúan o el estado empeora hay que dirigirse al centro sanitario.
  • Informar al médico de todos los medicamentos que se toman o se han tomado, sobre todo si han sido prescritos por otro profesional (también plantas medicinales, complementos alimentosos, homeopatía, etc.).
  • Evitar el consumo de alcohol cuando se están tomando medicamentos.

2. No se recomienda en algunos grupos de población

  • En caso de embarazo, lactancia materna, presencia de enfermedades crónicas o bien si se trata de niños, es necesario consultar siempre al médico antes de tomar ningún medicamento, aunque sea una presentación publicitaria.

3. Los medicamentos, solo en la farmacia

  • Sólo se pueden vender por internet medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica, a través de sitios web de oficinas de farmacia legalmente autorizadas.
  • La venta tiene que ser realizada con la intervención de un farmacéutico o farmacéutica, desde su oficina de farmacia, con el asesoramiento previo personalizado.
  • Con la finalidad de verificar su autenticidad, la farmacia debe estar identificada con un logotipo común, visible en su página web.

4. Es importante la conservación de los medicamentos

  • Leer y conservar el prospecto de todos los medicamentos. Es importante saber qué tomamos, porque nos lo tomamos, y cómo y cuándo nos lo tomamos.
  • Conservar los medicamentos en el embalaje original. Éste, contiene información importante como la caducidad, el lote, etc. Además del embalaje protege el medicamento y garantiza su conservación.

CONCLUSIONES

  • La automedicación comporta riesgos para la salud si no se realiza de forma correcta. Por eso antes de utilizar cualquier medicamento que no haya sido prescrito por un médico hay que informarse de cómo tomar-lo correctamente (posología, duración del tratamiento, etc.) consultando con un Farmacéutico/a.
  • No aconsejar el uso de medicamentos ya que lo que funciona a una persona puede no serle útil a otra e incluso provocarle efectos adversos.
  • Una vez finalizado el tratamiento es muy importante que los restos del medicamento se lleven a la farmacia y se depositen en el punto SIGRE.